sábado, 20 de octubre de 2007

Ultimas lecturas

La Negativa (Die Abweisung)- Franz Kafka (1906).
Si me encuentro a una muchachita bonita y le pido: "Sé buena, ven conmigo", y pasa de largo sin decir una palabra, su actitud significa:
"Tú no eres un duque con apellido rimbombante; ningún americano atlético con la estatura de un indio, con ojos horizontales y contemplativos, con una piel acariciada por el aire de las praderas y de los ríos que fluyen por ellas. No has viajado a los Grandes Lagos, ni los has surcado, aunque no sé ni dónde se encuentran. Así que dime, por qué yo, una muchacha bonita, tendría que ir contigo".
"Olvidas que no te llevan en automóvil por la calle, balanceándote con sus sacudidas; no veo ir detrás de ti a los señores pertenecientes a tu séquito, embutidos en sus trajes y murmurándote piropos. Tus pechos quedan bien comprimidos por el corsé, pero tus muslos y caderas se resarcen por esa sobriedad. Llevas un vestido de tafetán con pliegues, como el que nos alegró tanto a todos el pasado otoño y, sin embargo, con ese peligro mortal en el cuerpo, sólo te ríes de vez en cuando".
"Sí, los dos tenemos razón y, para no ser conscientes de ello de un modo irrefutable, preferimos irnos solos a casa, ¿verdad?".


La excursión a la montaña (Der Ausflug ins Gebirge)- Franz Kafka (1910).
"No sé", grité sin eco, realmente no lo sé. Si no viene nadie es que
precisamente viene "nadie". No le he hecho nada malo a nadie, , nadie me
ha hecho a mí nada malo, sin embargo nadie me quiere ayudar.
Absolutamente nadie. Pero tampoco es así. Sólo que nadie me ayuda, si no "nadie"
sería muy hermoso. Me gustaría, por qué no, hacer una excursión en
compañía de un puro nadie. Naturalmente a la montaña, ¿adónde si no? ¡Cómo
se aprietan uno al lado del otro, esos nadie, todos esos brazos
estirados y colgantes, todos esos pies, separados por pasos diminutos! Se
entiende que todos visten frac. Nosotros vamos así, el viento atraviesa los
espacios que nosotros y nuestros miembros dejan abiertos. ¡Las
gargantas se tornan libres en la montaña! Es un milagro que no cantemos.


UNA FÁBULA BREVE (Kleine Fabel)- Franz Kafka (1920). -¡Ay! dijo el ratón-, el mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan amplio y feliz de poder ver, al fin, en la lejanía, muros a derecha e izquierda, pero esos muros tan largos comenzaron a cerrarse con tal rapidez, uno detrás de otro, que ya me encuentro en la última habitación, y allí, en el rincón, está la trampaen la que caeré.
-Sólo tienes que cambiar de dirección- dijo el gato, y se lo comió.

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